
REDACCIÓN
FOTOS: Josué Juárez/ @sonnychill_
Enrique Bunbury está de vuelta. Han pasado dos años desde su última producción discográfica y con la emoción a flor de piel, presentó en el emblemático Centro Cultural Roberto Cantoral su nuevo álbum “Cuentas Pendientes”, acompañado de reflexiones, anécdotas y con gira internacional titulada: Ambulante Gira Tour.
El álbum Cuentas Pendientes ofrece un viaje musical que refleja la madurez creativa de Bunbury. A diferencia de sus trabajos anteriores como Greta Garbo, con un enfoque más contemporáneo y electrónico, este nuevo disco explora las músicas de raíz hispana y latinoamericana. “Me interesa tanto el presente como la grandeza de la música en nuestro idioma, la que han creado los grandes autores”, aseguro el músico.

Durante la conferencia, también hubo espacio para lo personal. Al ser cuestionado sobre qué hace cuando tiene “las chingadas ganas de llorar”, Bunbury fue honesto: “Esas cosas no se censuran, se dejan fluir. Todos tenemos momentos así”.
El cantautor reconoció que la creación es una necesidad vital: “Crear para mí es como respirar”. Y aunque reconoce que entrar a un estudio siempre implica ensayo y error, también sabe que los límites ayudan: “Cuanto más te limitas, más te liberas. Ponerme un marco de acción aclara mis ideas”.

El lanzamiento del álbum, disponible a partir del 25 de abril, estará acompañado por una gira de 15 conciertos en nueve países donde la capital mexicana podra disfrutar de Bunbury el próximo 25 de junio.
La rueda de prensa culminó con una reflexión sobre su interpretación de “El Triste” de José José, canción que preparó para el Vive Latino 2020, evento cancelado por la pandemia. “Interpretar esa canción es como escalar el Everest. Un reto para cualquier cantante… algunos con mejor fortuna que otros. Yo estoy en la fortuna regular, pero lo disfruté mucho”.

Enrique Bunbury regresa con una propuesta que, no solo apuesta por la nostalgia y la emoción, sino por una exploración profunda de sus raíces musicales, su carrera y su compromiso artístico. Con “Cuentas Pendientes”, el artista se muestra más reflexivo, pero igual de inquieto. Y esa, quizá, sea su mayor virtud.
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